El conocimiento es el arma más poderosa que un negocio puede tener en su arsenal. Y para desarrollar el conocimiento se necesita información.

 

El conocimiento nos permite gestionar la empresa de una manera más productiva, servir mejor a los clientes, aumentar los beneficios y permanecer competitivos. Los distribuidores perfeccionan el análisis de la información sobre las compras de los clientes y en consecuencia, gestionan mejor las promociones, el stock, y la composición de la lista de productos. El análisis de información de las compras permite por ejemplo, reducir la lista de productos sin reducir la oferta efectiva a los clientes.

 

Las empresas de servicios analizan cuidadosamente los perfiles de sus clientes. La gestión de las relaciones con el cliente se ha convertido en la clave de la supervivencia. La habilidad de enfocar a los clientes con el mejor potencial de beneficios ayuda a reducir el volumen de trabajo de ventas, mejorando a la vez los resultados. La capacidad de prever la demanda en base a los patrones históricos ha resultado altamente beneficiosa para muchas empresas. Las empresas desarrollan rápidamente nuevos productos en respuesta a las tendencias “calientes” y optimizan su producción y las listas de precios. Se generan y mantienen dinámicamente las ofertas para los clientes especiales. Una gestión equilibrada de la selección, servicio y atención al cliente ha demostrado ser el instrumento más potente para retener al cliente.

 

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